Adios amor,

adiós pasado mio.

Adiós sueños,

adiós esperanza y anhelo mio.

Triteza, dame consuelo,

soledad, oh  cobijo mio

adormeceme en tus brazos.

Muerte, arrebatame  la primavera

Con gelidez invernal

limpia de anteriores estaciones mi vida.

Compadecete del deseo

del corazón marchito.

Muerte, acógele en su guarida,

todo ha acabado.

Que alegrías y dolores

se marchiten en un final.

Ojos, no derrames lagrimas,

boca, guarda tus alaridos,

mente, nubla el entendimiento

Corazón, exhala tu ultimo latido.

Ni tristeza, ni flores, ni lagrimas,

ni dplores, ni alaridos tenga mi tumba.

Ni epitafio, ni cruz, ni nombre

cubra el valle, ni el hueco de mi tumba.
                                            Arturo Castillo.
                                       Inspirada en fragmento de Opera "La Traviata"

Pudiendo acortar distancias con palabras,
elegimos enviarnos lejos
con el silencio.
Pudiendo reparar las cosas antes rotas,
elegimos descocerlo todo.
Se nos volvió irreparable lo reparable.
De ser lo mas deseado,
pasamos a ser desechados.
¿Que culpa había en nosotros para caer en esto?.
                               Arturo Castillo

Perderte a ti.

Perderte a ti
es vivir un continuo duelo;
y en ese duelo lloro por todo ello.
Lloro por aquello que se perdió,
por lo que fuimos,
por lo que representaste en mi vida.
Lloro por o que callamos,
por lo que se hubiera dicho,
por tu dolor, por el mio.
Lloro por todo el tiempo perdido,
por aquello que no se recuperara jamás,
por aquello que no nos dijimos.
Por tanta palabra ausente,
por permitir que la fractura de nuestros caminos
se volvieran abismos,
por cambiar susurros de tan cerca,
a silencios de tan lejos.
Lloro por aquello que no negamos,
por lo que pudimos habernos dado.
Así, he llorado por ti, por mi,
por lo que tuvimos,
por lo que perdimos.
Por el anhelo, por el rechazo,
por tanta caricia ausente, por tanta calidez en gestos.
Lloro en un extraño comernos a besos,
a pasar de quedarnos secos de tan cercas,
a estar sedientos de tan lejos.
Lloro por el amor que fue,
por el amor que se fue, por lo que se perdió,
por todo aquello que nos envolvió,
por lo que fuimos, lo que dejamos
y por lo que pudo haber sido.
                                Arturo Castillo.
                                        js

El amor

Al primer amor se le ama
con la ilusión del hoy y del mañana.
Se le visualiza como un amor de toda la vida.
Se le entrega con la ilusión de ser su todo,
y sin el ser nada.
Se le ama con el amor, el encanto,
con anhelo, con el corazón.
Pero al verdadero amor
se le ama como se merece amar,
como se merece amar a tu corazón.
Se le besa con el ansia
de retener el momento para siempre,
se le entrega con el gozo
de sentirse pleno, lleno, deseado,
de sentirse todo, completo.
Se le entrega siendo paz,
siendo infinito gozo.
Se desborda en pasión,
se infla de amor, de ilusión.
Se disfruta con la nostalgia por el ayer,
el gozo del hoy, y la ilusión del mañana.
Amar de verdad es aferrarse
como la esperanza se aferra a la vida,
como se adhiere a un sueño que se cumple,
que se disfruta y vive despierto.
El verdadero amor se le respira
como a sueño cumplido, anhelo vivido.
Con la ilusión de vivir plenamente dos.
Con la esperanza que acompaña en el camino.
Se disfruta como un sorbo de agua fresca y pura
después de haber probado hiel.
Revitaliza como el sol y la brisa del campo.
El verdadero amor
es vivir sueños plenos,
expectantes de futuros cercanos.
Son vivencias plenas,
dichas continuas.
                                  Arturo Castillo.
                                                jsf

Extraño..

Extraño esas miradas,
esos gestos dulces, tiernos.
Extraño esos momentos
donde aún en silencio
bastaba una mirada,
e infinidad de oraciones,
párrafos enteros, se intercambiaban.
Extraño cada momento,
cada abrazo, cada beso, cada gesto.
Extraño el ansia de nuestras bocas,
el jugueteo de nuestras lenguas.
Extraño decirte "Te Extraño".
Extraño sentir tus besos.
Extraño tenerte cerca.
                             Arturo Castillo.
                                         jsf